Artículo Cuaderno de Trabajo Social, n.º 7, 2015

Migrantes peruanos y religiosidad popular: itinerario de acogida, adaptación e integración del culto al Señor de los Milagros en la comuna de Quilicura (Santiago, Chile)

Autor(es)

Paula Hurtado López

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Sobre los autores

Autor

Paula Hurtado López.1

Resumen

El incremento de la inmigración peruana en Chile, desde mediados de la década del noventa, contribuyó a la transnacionalización y reterritorialización de ciertas prácticas y creencias religiosas características del Perú, hasta entonces prácticamente desconocidas en nuestro país, como es el caso del culto y procesión en honor al Cristo de Pachacamilla. Este se desarrolló en torno a la Parroquia Italiana de Providencia, de la mano de la Hermandad del Señor de los Milagros de Santiago, pero no tardó en extenderse a otras comunas y regiones del país.

En lo que respecta a la comuna de Quilicura, la procesión en honor al Señor de los Milagros data del año 2009; y la fundación de la Hermandad, del año 2012. Ambas instancias nos remiten a los nombres de Luis y Guadalupe, un matrimonio de inmigrantes peruanos que vive en Chile desde hace 13 años, aproximadamente, y que descubrieron su devoción al Señor fuera de su país de origen.

¿De dónde surge la idea de realizar esta procesión? ¿Cómo se fue constituyendo la Hermandad de Quilicura? ¿Con qué facilidades y dificultades se han ido encontrando a lo largo de los años? A esta y otras interrogantes, intentaremos dar respuesta en el presente artículo.

Abstract

The increase on peruvian migration to Chile during 1990´s contribute to transnationalization and re territorialization from certain practices and religious thoughts which are usually practiced on Peru, but are completely unknown here. This is the case of worship and procession in honor of “Cristo de Pachacamilla”.  It first developed between the “Parroquia Italiana” from Providencia and Brotherhood of Señor de los Milagros from Santiago, but then it grew up in other cities and regions from Chile.

This is the case of the municipality of Quilicura (north of Santiago), where the procession begins in 2009, and then comes the Brotherhood’s founding in 2012. Both situations are related to Luis and Guadalupe is a Peruvian couple who came to Chile about 13 years ago and discovered his devotion to the Lord during this time away from home.

Where it comes the idea about do this procession? How was constituting the Brotherhood of Quilicura? What kind of facilities and difficulties came out through these years? We are going to develop all this questions on this working paper

 

“Las prácticas religiosas asociadas a una identidad nacional/local se convierten en instrumentos privilegiados para reestructurar relaciones de paisanaje en los lugares de destino, construir o reforzar redes de solidaridad y crear espacios favorables a la redefinición de referentes de identidad. Asimismo, estas prácticas religiosas etnizadas y resignificadas constituyen valiosísimas herramientas para redefinir nexos con las comunidades de origen”.2

Introducción

Las migraciones de hoy no son radicalmente opuestas a las que han tenido lugar en otros períodos de la Historia, pero se diferencian de aquellas puesto que se desarrollan en un clima de creciente globalización3. Como bien señala Arjun Appadurai,(1998) al aumentar el movimiento entre países, se produce también un tránsito de estilos de vida, lenguas, cultura, información y creencias religiosas, anteriormente circunscritas a un determinado territorio. De este modo, deben ser entendidas como un proceso dinámico que fomenta encuentros y desencuentros entre individuos y comunidades de realidades mayor o menormente distantes, así como también relaciones y organizaciones entre la sociedad migrante y la sociedad receptora, que se nutren tanto del “acá” como del “allá”.

La inmigración peruana en Chile ha experimentado un crecimiento sostenido desde 1990 en adelante. Los migrantes han contribuido al país con mano de obra calificada (técnicos, profesionales) y no calificada, pero también con la introducción de variados alimentos (quinua, ají amarillo, rocoto) y deliciosos platos (cebiche, ají de gallina, lomo saltados), los que se han incorporado con éxito en la escena culinaria nacional, como bien lo demuestra el crecimiento explosivo de restaurantes peruanos en la Región Metropolitana.

No obstante, los migrantes no sólo han traído consigo, para sus familiares, exquisitas recetas, sino también prácticas y devociones religiosas populares. Tal es el caso del culto al Señor de los Milagros, que data de la época colonial y que el año 2005 fue declarado oficialmente “Patrono de los Migrantes Peruanos” y “Patrimonio Cultural de la Nación”. La llegada de dicha devoción popular a Chile podemos atribuirla directamente al incremento de los migrantes peruanos, quienes, producto de una fe profunda, comenzaron a salir en procesión el último domingo de octubre por las calles aledañas a la Parroquia Italiana, en Providencia, y posteriormente desde la Catedral de Santiago, acompañados de ciudadanos chilenos y otros extranjeros (bolivianos, colombianos, ecuatorianos, entre otros), así como también de autoridades civiles y eclesiásticas del Perú y Chile. De este modo, vestidos de morado y junto a la imagen del crucificado, han ido deslocalizando y relocalizando una tradición propiamente peruana en un nuevo escenario, abriendo paso a un Cristo Moreno.

Si bien la difusión del culto en Chile y la organización de la procesión se encuentran principalmente ligadas a la Hermandad del Señor de los Milagros de Santiago, centraremos nuestra atención en el caso de la Hermandad de Quilicura y en la procesión que se realiza en dicha comuna, puesto que se trata de una realidad menos conocida y visibilizada, pero igualmente interesante. Con este fin, analizaremos las historias de vida de Luis y Guadalupe, fundadores de la Hermandad de Quilicura, quienes, apoyados por los sacerdotes de la Parroquia Juan Pablo II y por el alcalde de dicha municipalidad, han podido llevar a cabo la procesión desde el año 2010 y posicionarla como un verdadero punto de encuentro entre los habitantes chilenos y de las diversas comunidades migrantes de la comuna.

El presente artículo pretende dar algunas luces a los Trabajadores Sociales respecto de la importancia de utilizar técnicas etnográficas, como las historias de vida, para el estudio de las migraciones, puesto que nos permiten aproximarnos a dicho fenómeno desde la perspectiva de sus propios protagonistas. De este modo, al analizar el itinerario de acogida, adaptación e integración del culto al Señor de los Milagros en Quilicura, resulta evidente que no es adecuado seguir considerando a los migrantes únicamente como sujetos con problemas o necesidades que demandan soluciones de la sociedad receptora, puesto que al ser transnacionalizadas creencias, prácticas e instituciones religiosas, ellos se constituyen como verdaderos agentes del cambio cultural en Chile.

1. Un legado colonial vigente.

a)El culto al Cristo de Pachacamilla (Señor de los Milagros)

La religiosidad popular se caracteriza por una menor sistematización teórica y organizativa que las expresiones religiosas oficiales, y por una mayor flexibilidad al momento de incorporar nuevos elementos o prácticas. Ejemplo de ello es el culto al Señor de los Milagros, que se remonta al año 1650, cuando un grupo de esclavos africanos formaron una cofradía o hermandad en un galpón del barrio de Pachacamilla, a las afueras de Lima. Este grupo le encomendó a un artista africano, llamado Benito, pintar la imagen de un Cristo crucificado sobre un muro, la que rápidamente comenzó a ser venerada por los vecinos del barrio.

Dicha devoción cobró más importancia a partir del 13 de noviembre de 1655, fecha en que se produjo un fuerte terremoto en Lima, tras el cual tanto el muro como la imagen permanecieron intactas. Quince años después, su reputación aumentó aún más, luego de que Antonio de León afirmara que, tras realizar algunas reparaciones y retoques sobre la imagen, había sido curado milagrosamente de un tumor maligno.

Producto de estas y otras afirmaciones, la Iglesia comenzó a ver con cierto resquemor este culto, puesto que al terminar los rezos cristianos los esclavos africanos realizaban cantos y danzas en honor a sus dioses paganos, lo que podía poner en entredicho la ortodoxia religiosa. Por este motivo, en septiembre de 1671, el Arzobispado de Lima encomendó a un grupo de personas que borraran la imagen del Cristo Crucificado, tarea que no pudieron llevar a cabo, puesto que los artistas experimentaron desmayos y temblores al intentar acercarse a la imagen. Este hecho despertó una gran curiosidad entre las autoridades políticas y religiosas de la época, al punto de que el 14 de septiembre de 1671 el Conde de Lemos participó de la primera misa celebrada por sacerdotes católicos delante de la imagen. Desde ese entonces, el galpón se convirtió en ermita y la imagen fue aislada y protegida, pasando a ser conocida como el Cristo de los Milagros.

Uno de los principales personajes que contribuyó al crecimiento del culto fue el español Sebastián de Antuñano, quien dio inicio a la construcción de una capilla para resguardar la imagen. En este contexto, Perú experimentó un nuevo terremoto el 20 de octubre de 1687, considerado el más grande del siglo, que produjo la muerte de seiscientas personas en Lima y quinientas en el puerto del Callao. La imagen resultó nuevamente ilesa, lo que hizo aumentar aún más su popularidad entre la población, que recurría a ella para solicitar protección. En vista de ello, y del temor que generaba la posibilidad de un nuevo movimiento telúrico, Antuñano construyó una copia de la imagen y comenzó a sacarla en procesión por las calles de la ciudad para que pudiera ser venerada por los devotos.

Paralelamente, Antonia Maldonado, beata de Guayaquil que vivía en Lima, manifestó interés en fundar un beaterio. Con este objetivo, probó suerte en el Callao y, posteriormente, en el barrio de Montserrat, donde, junto a un grupo de devotas, comenzó a llevar una vida de penitencias, siguiendo el ejemplo de Cristo Nazareno (de donde proviene el término “nazarenas”, con el cual se les conoce). En vista de ello, Antuñano les ofreció el solar y la huerta que poseía en Pachacamilla para que el nuevo beaterio pudiese estar al lado de la Capilla del Cristo de los Milagros.

De este modo, a comienzos del siglo XVIII, la devoción al Señor de los Milagros ya se había difundido por todo el Virreinato del Perú, tanto así que en 1715 el llamado Cristo de las Maravillas fue declarado Patrón de la ciudad de Lima. Sin embargo, su fama no se agotaría ahí, puesto que el 28 de octubre de 1746 otro gran terremoto azotaría la ciudad de Lima y el puerto del Callao, resultando nuevamente ilesa la imagen del Señor, hecho que le valió ser reconocido como patrón contra los terremotos.

Finalmente, el año 1771 fue inaugurado el templo de las Nazarenas en Lima, lugar en el que desde entonces se custodia la imagen del Cristo de los Milagros4.

b) La Hermandad de las Nazarenas de Lima

La Hermandad de las Nazarenas fue creada el 14 de septiembre de 1651, y es la principal encargada de realizar la procesión en honor al Señor de los Milagros en Lima. Es dirigida por un Mayordomo General que es nombrado por el Arzobispo de Lima y está conformada por cerca de 5000 miembros.

Se organiza con base en un Directorio General, que se subdivide en los cargos de mayordomo general, vice mayordomo general, secretario general, fiscal, tesorero general, capataz general, patrón de andas, director espiritual, presidente del comité de admisión, presidente del comité de liturgia y culto, presidente del comité de disciplina y presidente del comité de asistencia social. A su vez, la hermandad se divide en 20 cuadrillas, formadas por el capataz de cuadrilla, sub capataz, secretario, tesorero, hermanos cargadores, sumado a las ramas de hermanos honorarios, el grupo de cantoras, sahumadoras y la rama de auxilios mutuos5.

La primera cuadrilla, y por extensión la más antigua, data de 1651, mientras que la vigésima, la más reciente, del año 1962. Cada una de ellas está conformada por un mínimo de 175 hermanos y un máximo de 150, salvo en el caso de las cuadrillas 13 y 16, denominadas “Policía” y “Emergencia”, respectivamente, que están integradas por un mínimo de 195 hermanos y un máximo de 250, en virtud de la importante labor que realizan durante los recorridos. Cada cuadrilla se reúne dos veces al mes con motivo de la Asamblea Ordinaria de Cuadrilla, y para la misa de retiro, así como también para participar de diversas celebraciones religiosas durante el año litúrgico. En lo que respecta al grupo de sahumadoras y cantoras, pese a que estas ingresaron oficialmente a la Hermandad entre los años 1962 y 1967, cabe mencionar que estuvieron presentes desde los primeros homenajes al Cristo de Pachacamilla, desde la época colonial.

Junto a la Hermandad de las Nazarenas, encontramos la Hermandad Infantil del Señor de los Milagros, fundada el 8 de septiembre de 2002 y conformada por niños entre los 8 y los 12 años (aun cuando excepcionalmente se aceptan niños desde los 4 años), siendo requisito indispensable tener parentesco con algún integrante de la Hermandad Mayor. Esta hermandad sale en procesión el primer domingo de septiembre, desde la Catedral de Lima hacia el local institucional, junto a una réplica menor del anda del Señor de los Milagros. Actualmente, cuenta con 2300 miembros aproximadamente, divididos en 23 cuadrillas de 100 niños.

Una vez realizada la procesión infantil, se da inicio a las festividades de la Hermandad de las Nazarenas. Cada año, las 20 cuadrillas de hermanos salen en procesión vestidos con su hábito morado, una soga blanca atada a la cintura y un escapulario al cuello. Ellos son los encargados oficiales de portar la imagen del Señor de los Milagros, que descansa sobre un anda que mide 4.40 metros de alto y 1.64 metros por cada lado, y que pesa cerca de 2 toneladas. Junto a ellos, sale también el grupo de sahumadoras, mujeres que portan un sahumerio a base de carbón de sauce, incienso y mirra en pebeteros de plata labrada, cuya tarea es aromatizar el ambiente. Ellas visten un hábito morado suelto, sin aberturas, con dos cordones blancos y una mantilla sobre la cabeza, al igual que el grupo de cantoras, quienes se encargan de entonar a viva voz los himnos y canciones que acompañarán a la procesión.

A ellos se suman las bandas musicales de la Policía Nacional, del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea del Perú, quienes alternan su labor cada cuatro horas, de tal manera que nunca falte el acompañamiento musical. Asimismo, es posible observar la presencia de vivanderas, mujeres que venden una serie de productos y platos peruanos, tales como anticuchos de corazón de res, papas a la huancaína, causa limeña, entre otros, como también de las llamadas turroneras, quienes endulzan y alegran la procesión con sus deliciosos turrones –producto característico del mes morado, como se conoce al mes de octubre–, elaborados a base de miel de chancaca y caña de azúcar, cubiertos de llamativas mostacillas de colores. De este modo, cada mes de octubre cientos de miles de personas salen varias veces en procesión por las calles de Lima, que se encuentran tapizadas de lienzos morados y blancos, rindiendo homenajes a la imagen del Señor de los Milagros, ya sea pidiendo su intercesión, o bien, agradeciendo los favores concedidos.

Pese a tratarse de una institución que se origina en territorio peruano, cabe señalar que la Hermandad de las Nazarenas no es la única existente en el Perú. Encontramos numerosas hermandades en los distintos distritos (comunas) de Lima, así como también en varios departamentos (regiones) del país. De igual modo, existen más de 260 hermandades a lo largo del mundo, situadas principalmente en Francia, Suecia, Alemania, Japón, Australia, México, Argentina, Estados Unidos, Brasil y Chile.

Y es que como bien señala Olga Odgers Ortiz (2005): “…la experiencia migratoria exige un esfuerzo de reinterpretaciones de las creencias y prácticas religiosas tradicionales frente al nuevo contexto de vida y en la reelaboración de la relación que se establece con el lugar de origen”.

2. Inmigración peruana en Chile.

a)Información estadística

El flujo migratorio de peruanos a Chile ha manifestado un progresivo y sostenido crecimiento desde mediados de la década del noventa. Conforme a esto, el año 1996 había 3460 peruanos en Chile, cifra que se incrementó a 62 137 personas, de acuerdo al censo realizado el año 2002 (Hernández, 2011). No obstante, las mayores alzas comenzaron a producirse a partir del año 2009. Para ese entonces, y de acuerdo a estimaciones realizadas por el Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior de Chile6, el total de población extranjera residente en el país era de 352 344 personas, correspondiente al 2,08% de la población total. En lo que respecta a la comunidad peruana, esta alcanzó la mayor representatividad, con un 37,1% sobre la población extranjera,  y un total de 130 859 habitantes, seguida por la comunidad argentina, con un 17,2%; y la boliviana, con un 6,8%.

De acuerdo a datos entregados por el Cónsul General del Perú en Santiago, Don Alejandro Riveros7, la población peruana en Chile, al año 2013, alcanzaría los casi 200 000 habitantes. Es decir, en 20 años habría experimentado un crecimiento de casi 70 veces su tamaño original.

b) “Un milagro migrante”. La Hermandad de Santiago y el origen de la procesión

El inicio del culto al Cristo de Pachacamilla en Chile data de 1992. Por ese entonces, un reducido grupo de peruanos sacaba en procesión una pequeña imagen del Señor de los Milagros alrededor de la Parroquia Italiana ubicada en la comuna de Providencia, el último domingo de octubre. No obstante, la consolidación formal del culto se produjo a partir del 22 de octubre de 1999, cuando los fieles obtuvieron la personalidad jurídica para constituirse como Hermandad del Señor de los Milagros, mediante el Decreto 325 del Arzobispado de Santiago8.

Desde entonces, el culto fue adquiriendo un mayor grado de organización y difusión. Tal como señalara Sara Bobadilla, la entonces relacionadora pública de la Hermandad, ella se enteró de la existencia de dicha devoción peruana a través de un reportaje emitido en la televisión por cable sobre las celebraciones que se realizaban en Lima. Luego de esto, profundamente conmovida, se acercó junto a su marido a conversar con un sacerdote, quien les comentó más sobre dicha tradición. Desde entonces, se hicieron seguidores del Cristo moreno y fueron muy bien recibidos por los migrantes peruanos, quienes no dudaron en ofrecerle asumir funciones administrativas.

Entre los años 1999 y 2001, cerca de 500 personas salían en procesión alrededor de la Parroquia Italiana, en Providencia. Si bien a partir del año 2004 el recorrido se extendió desde la Catedral de Santiago hasta la mencionada parroquia, fue recién en el año 2005 que la devoción se hizo más conocida y aumentó el número de fieles. De este modo, para el año 2008 no solo había aumentado el número de fieles, sino también el de cargadores del anda, puesto que un grupo de empresarios chilenos que tienen inversiones en Perú donaron una imagen más grande y un anda que pesaba 1,5 toneladas9.

Conforme a esto, el año 2009 se cumplieron diez años desde que el culto al Señor de los Milagros se institucionalizó en Chile. En dicha oportunidad, Monseñor Miguel Irízar, Obispo del Callao, agradeció las labores de integración de la comunidad peruana efectuadas por la Iglesia en Chile y por el Instituto Católico Chileno de Migración, a través de su Centro Integrado de Atención a los Migrantes. Señaló, además, que la Iglesia del Perú instituyó al Señor de los Milagros como patrono de los migrantes peruanos, puesto que su devoción y procesiones “ya no se circunscriben a Lima, ni al Perú, sino que tienen su réplica ferviente en diferentes pueblos y naciones a donde han emigrado los hijos del Perú, como los estamos viendo y palpando de forma muy concreta en esta querida ciudad de Santiago de Chile”10.

En lo que respecta a la procesión del año 2013, esta comenzó con una Eucaristía al mediodía del domingo 27 de octubre, en la Catedral de Santiago, la que fue presidida por el Cardenal Emérito Francisco Javier Errázuriz, junto al Obispo Emérito de Juli, Perú, Raimundo Revoredo Ruiz. Luego de esta, los mayordomos se pusieron el anda sobre los hombros y se dio inicio a la multitudinaria procesión, que en dicha ocasión reunió a cerca de 20 000 personas11. De este modo, recorrieron las principales calles céntricas de la ciudad (Catedral, Monjitas, 21 de Mayo, Merced, Santa Lucía, Diagonal Paraguay, Rancagua y Ramón Carnicer) por cerca de 8 horas, tras lo cual la imagen retornó a la Parroquia Italiana.

Actualmente, la procesión se realiza los domingos del mes de octubre en las ciudades de Santiago, Valparaíso, Concepción, Arica, Iquique y Antofagasta. No obstante, la fecha de la procesión de Santiago se realiza siempre el último domingo del mes y en ella participan miembros de las distintas hermandades. De este modo, la monocromía y monotonía de las principales calles de la ciudad se ven interrumpidas durante algunas horas por grupos de hombres y mujeres vestidos con un hábito morado y una soga blanca, quienes rinden honores a la imagen de un Cristo crucificado al son de melodías entonadas por cantoras y de sahumadoras que purifican el ambiente con incienso y mirra. A ellos se suman las bandas de músicos que marcan el ritmo de la procesión con sus instrumentos metálicos de viento, e incluso de uno que otro grupo de mariachis, quienes son contratados por los devotos a modo de ofrenda.

Conforme a esto, y parafraseando a Paola García12, la reorganización de los inmigrantes peruanos y su adhesión a la Iglesia católica chilena se dio por medio de un proceso de desterritorialización y reterritorialización de santos, vírgenes y patronos del lugar de origen, generando relaciones translocales muy fuertes entre el “aquí” y el “allá”.

3. Experiencias migratorias en Quilicura.

a) Descripción de la comuna y caracterización de la población

Quilicura es una comuna ubicada en la zona norte de la Región Metropolitana de Santiago. De acuerdo a las estimaciones consignadas en el Plan de Acogida y Reconocimiento de los Migrantes y Refugiados de la comuna de Quilicura13del año 2013, la comuna tiene una población total de 203 946 habitantes. Entre los años 2002 y 2012 la población extranjera experimentó un crecimiento exponencial de1000 a 4500 habitantes, lo que equivale a un aumento de un 350%.

En lo que respecta a la Región Metropolitana, se estima que hay 208 432 residentes extranjeros, mientras que en la provincia de Santiago, un total de 188 528 habitantes. Es decir, la población extranjera de Quilicura representa el 2,1% del total de la región y el 2,4% del total provincial, cifras que la sitúan en el lugar número 11 de las comunas con mayor cantidad de migrantes14.

De acuerdo a la composición poblacional por país de procedencia, la comunidad peruana representa el 34,4% del total de migrantes de la comuna, seguida por la haitiana (17,6%), argentina (15,8%), ecuatoriana (7,1%) y colombiana (6,7%), cifras a las cuales se debe agregar la presencia de 8 familias provenientes de Palestina y de campos de refugiados iraquíes (Ministerio de Desarrollo Social, 2014).

A este aumento de población se suma el hecho de que Quilicura se ha convertido en un nuevo polo de industrialización dentro de la región, lo que se ha traducido en una mayor oferta de empleos. El interés por la zona ha llevado también a la construcción de nuevos sectores residenciales y a la implementación de nuevos sistemas de transporte que mejoren la interconexión con el resto de la ciudad. De este modo, la percepción de la comuna como un lugar de oportunidades y la evidente diversidad cultural estarían actuando como un verdadero polo de atracción para las numerosas comunidades migrantes.

b) Importancia y valor de las historias de vida

Como bien señala Pujadas, la historia de vida es “un relato autobiográfico, obtenido por el investigador mediante entrevistas sucesivas en las que el objetivo es mostrar el testimonio subjetivo de una persona en el que se recojan tanto los acontecimientos como las valoraciones que dicha persona hace de su propia existencia”(Arjona, 1998).

La importancia de trabajar con esta herramienta cualitativa en el contexto de la globalización, obedece al hecho de que se trata de historias de personas comunes, que no figuran en los medios de comunicación ni en los libros, pero que con base en sus propias y diversas experiencias, tienen mucho que aportar al estudio y análisis de las dinámicas migratorias. Esto, ya que reproducen una esfera importante de la cultura del informante y su aspecto simbólico e interpretativo, dando cuenta de la visión y versión de los fenómenos por los propios actores sociales (Ministerio de Desarrollo Social, 2014).

En vista de que el ámbito simbólico-imaginario de la población extranjera no está contemplado en los informes estadísticos comunales ni en los censos de población, las historias de vida resultan un complemento vital para aproximarnos a las creencias y prácticas religiosas de los migrantes, puesto que al momento de producirse la migración estas no se mantienen ancladas al territorio de origen, sino que transitan junto a los migrantes, quienes posteriormente las relocalizan y reterritorializan dentro de la sociedad receptora.

De este modo, las historias de vida nos permiten aproximarnos a un ámbito de la migración peruana en Chile que aún no ha sido del todo explorado, como es el caso de la transnacionalización del culto al Señor de los Milagros y su reproducción en la comuna de Quilicura.

b) Devotos transnacionales. La historia de Luis y Guadalupe15.

• Fase de acogida. La llegada a Chile.

Luis y Guadalupe son un matrimonio de inmigrantes peruanos.  Él es oriundo de Huancayo y ella de Casa, provincias ubicadas en la zona sur y norte del Perú, respectivamente. Se conocieron en la Universidad Garcilaso de la Vega en Lima, mientras estudiaban para ser profesores de Historia y Geografía, y Lengua y Literatura, respectivamente.

Luis lleva 12 años viviendo en Chile y Guadalupe 11. Se casaron el año 2003 en una iglesia ubicada en Zenteno con Copiapó, en la comuna de Santiago, y ambos son devotos del Señor de los Milagros. Sin embargo, ninguno de los dos dice haber participado directamente en Lima del culto ni de la procesión. Guadalupe señala que mientras su hermana trabajaba en el Hospital Loayza, en un par de ocasiones le tocó presenciar el ingreso de una de las cuadrillas de la Hermandad de las Nazarenas a visitar a los enfermos. Por su parte, Luisa agrega que su familia no fue nunca especialmente devota del Señor de los Milagros.

El año 2009 ambos llegaron a vivir a Quilicura, puesto que obtuvieron un subsidio habitacional del Estado de Chile. “En Perú eso no existe. Si tú quieres comprar tu casa, la construyes, te cuesta. Acá te dan facilidades”, señala Luis. Muy cerca de su casa se encuentra la Parroquia Juan Pablo II16, a la que se acercaron a los pocos días de su llegada a la comuna. Ahí conocieron al padre Edgar Meneses, sacerdote de nacionalidad venezolana, quien les comentó que dos años atrás un vecino peruano le había regalado una imagen del Señor de los Milagros, que deseaba sacar en procesión. Luis y Guadalupe se sorprendieron mucho al escuchar esto, tanto así que el padre los invitó a preparar el anda sobre la cual reposaría la imagen del Cristo de Pachacamilla y que saldría en procesión el siguiente mes de octubre.

Llegada la fecha, ambos se presentaron en la parroquia. Al respecto, Luis señala:

Fuimos y nos dimos con la sorpresa de que lo que el padre hacía, como él no conoce una procesión de esa magnitud, lo puso en un palo como si fuera 2 parantes, y al medio una tabla, una base, sin palos, sin nada. Entonces a mi señora le dio pena eso porque no es sacar al Señor de los Milagros, porque ellos no saben cuál es nuestra fe. Entonces, mi señora se comprometió con el padre que el próximo año nosotros la sacaríamos en procesión.

• Fase de adaptación y asentamiento: la primera procesión en Quilicura.

Ninguno de los dos había organizado ni participado anteriormente de una procesión, por lo que decidieron buscar asesoría en la Hermandad del Señor de los Milagros de Santiago. Con este fin, se acercaron a la Parroquia Italiana de Providencia, donde se reunieron con el Padre Beto y con el mayordomo de la Hermandad, Ricardo Rocha, a quienes les comunicaron su intención de sacar en procesión por las calles de Quilicura la imagen del Señor de los Milagros que le habían regalado al padre Edgar Meneses. La procesión se realizaría el tercer domingo de octubre, precisamente para que no se topara con la fecha de la procesión que organiza la hermandad de Santiago.

Guadalupe recuerda que ambos se mostraron un poco reacios a colaborar, puesto que señalaron que “hermandad había una sola”. En respuesta a ello, les explicó que solo iban en busca de asesoría y para solicitar que por favor les prestaran el anda, ya que era la única parroquia que disponía de un anda adecuada para sacar la imagen. Pero, aun cuando se mostraron un tanto reticentes y desconfiados, finalmente terminaron prestándosela.

Paralelamente, comenzaron a repartir invitaciones entre los vecinos de Quilicura para que asistieran a la procesión, que se realizaría en esa comuna. No obstante, Luis quiso dar un paso más y solicitó una audiencia con el Alcalde, don Juan Carrasco, para invitarlo personalmente. Si bien el alcalde lo recibió y lo escuchó atentamente, éste se mostró algo distante y tajante. “Él me dijo que no hace actividades los días domingos. Que él los días domingo los dedica a su familia. Que lo que él hace es de lunes a sábado. Al final dijo que sí. Dijo ‘yo voy a ir, pero para la próxima vez, yo no hago actividades los días domingo’”, sostiene. A esto, agregó que si finalmente iba a la procesión, no lo haría como alcalde, sino como un católico más de la parroquia, ya que no quería ese trato especial de autoridad.

En esa primera procesión, participaron 8 personas: Luis, Guadalupe, su hermana y un matrimonio peruano del sector, quienes fueron acompañados por el Padre Edgar y por el alcalde y su esposa. Pese a tratarse de un grupo pequeño, llamaron mucho la atención de los vecinos y transeúntes, puesto que iban vestidos de morado y blanco, una cantora (Guadalupe) entonaba un himno al Cristo Crucificado y una sahumadora (hermana de Guadalupe) cubría el ambiente con mirra e incienso. A partir de entonces, el Señor de los Milagros nunca más dejaría de salir en procesión por las calles de Quilicura.

En palabras de Guadalupe, a propósito de ese primer encuentro con el padre Edgar Meneses: “…de ahí salió, de ahí surgió la idea de formar una hermandad. Pero primero nuestra idea no era formar una hermandad, sino formar un grupo de devotos”.

Fase autónoma. Inserción e integración: hermandad y devoción al Señor de los Milagros

Ese mismo año (2010), y luego del recorrido procesional por Quilicura, Luis y Guadalupe fueron invitados a sumarse como devotos a la procesión que se realizaría en Santiago. En dicha oportunidad conocieron al Mayordomo General de la Iglesia de las Nazarenas en Lima, don José Santos Parra, a quien le comentaron que provenían de Quilicura y que una semana antes habían sacado al Señor en procesión por dicha comuna. En ese contexto, Luis le preguntó cómo podían formar una cofradía o hermandad, ya que eran verdaderamente devotos del Señor, a lo que Santos Parra respondió: “¿Por qué una cofradía? El Señor de los Milagros es misionero, es peregrino, y donde hay un peruano, debe haber un Señor de los Milagros”. Recordando ese momento, Luis agrega: “Él nos dio como su venia, porque es el encargado de todas las hermandades del mundo…”17.

Este hecho los animó a formar, no ya un grupo de devotos, sino una hermandad, por lo que decidieron ponerse en contacto con la Hermandad de las Nazarenas en Lima. Fruto de ese primer contacto, el año 2012 obtuvieron como donación una imagen del Señor de los Milagros, de 1.20 metros por 80 centímetros, que fue traída directamente desde Lima por un grupo de hermanos chilenos y peruanos. Al respecto, señala Guadalupe:

Nos querían dar una imagen grande como la que tiene Santiago, de 1. 90 x 1. 20 metros, que es la misma imagen tamaño de Lima, pero nosotros dijimos que no. Que por la capacidad de la parroquia, por el tamaño de la puerta, esa imagen no podía entrar. Podía ser que nosotros la desarmemos y en plena procesión, desarmarlo, poner el anda y luego… Para mí no se ve bonito, no. Se pierde ese concepto de fe. Para mí… Le dije que no, porque a mí me gusta que el Señor salga completito, desde el altar con los hermanos. Que se baje en brazos y luego se ponga.

Desde entonces, Luis y Guadalupe se han abocado totalmente a la organización de la Hermandad de Quilicura, que existe como tal desde el 15 de enero de 2012. Si bien aún no cuentan con personalidad jurídica, ya poseen el rut de empresa otorgado por el Servicio de Impuestos Internos. “Quieran o no quieran, nosotros somos una institución al nivel de todas las instituciones, como la Hermandad de Santiago. Una institución reconocida por el Gobierno de Chile. Nosotros nos llamamos la Hermandad del Señor de los Milagros de Quilicura, reconocida por la Municipalidad de Quilicura”, señala Guadalupe.

Esta hermandad, es la principal encargada de difundir el culto al Señor de los Milagros y de organizar la procesión por las calles de Quilicura. Pese al gran respaldo recibido por parte de la Hermandad de las Nazarenas de Lima, Guadalupe no duda en afirmar que la presencia y visibilidad que ha adquirido la procesión durante el último tiempo se debe, en gran medida, al apoyo entregado por la comunidad sacerdotal de la Parroquia Juan Pablo II quienes, profundamente comprometidos con la realidad de la comuna, fomentan la difusión de las prácticas y creencias religiosas de los migrantes para contribuir a su integración y reconocimiento positivo.

Porque si los padres no tuvieran esa apertura de mente… Porque uno igual encuentra muchas trabas, pero esas trabas son piedritas en el camino. Porque los padres se dan a que los fieles muestren su fe y siempre en la iglesia, en las homilías, piden respetar al migrante, respeto mutuo de los migrantes y de los chilenos. Recíproco de los 2, respeto de ambas culturas. Que el migrante no es una dificultad, sino un desafío, una enseñanza para los chilenos.

Con este fin, los padres y feligreses extranjeros realizan cada fin de año un cronograma de fiestas por país, para que cada comunidad dé a conocer sus costumbres y tradiciones (platos típicos, música y danza). Guadalupe señala:

Tenemos ya el cronograma para el próximo año, pero tenemos que reunirnos con los padres y con los países, para ver qué país. Enero, quién desea. Haití, por ejemplo, por sus fiestas patrias de Haití, día de la bandera. Y en febrero tenemos República Dominicana. Ya, bueno, se lo vamos dar. Pero octubre no, es todo de nosotros.

A esto se suma la celebración de una misa en honor a los migrantes cada tercer domingo de mes, tras la cual se realiza un almuerzo comunitario. Es decir, la parroquia ha servido no solo como puente para la difusión del culto al Señor de los Milagros en Quilicura, sino también como punto de encuentro entre los chilenos y las diversas comunidades migrantes.

La Hermandad de Quilicura está conformada por 2 cuadrillas: una compuesta por 12 hermanos y la otra por 7 u 8 devotos, en su mayoría de origen peruano. Entre los principales cargos se encuentran los de mayordomo general (cargo asumido por Luis), secretario, tesorero, capataz de andas, cantoras y sahumadoras. Asimismo, y tal como se puede observar en el caso de las hermandades de Lima y Santiago, Quilicura cuenta con una hermandad infantil en formación, compuesta por 5 niños devotos del Señor de los Milagros que sale en procesión junto a los adultos.

En lo que respecta al financiamiento de la procesión, este se obtiene a partir de las donaciones realizadas por los hermanos o devotos del Señor de los Milagros. En palabras de Guadalupe:

Todas son donaciones. Por ejemplo, el próximo año vienes y dices: “Uh, faltan floreros. ¿Les puedo regalar floreros?”. Por supuesto, todo para el Señor. “Nos faltan cirios, ¿puedo traer cirios?”. “Yo no te puedo decir cuántos, 1 o 10, porque no estoy en tu economía. Si es 1, uno. Lo que tú puedas traer en ese momento al Señor”. Y así se ha ido sumando y creciendo nuestra hermandad, a través de las donaciones.

No obstante, en vista de que aquello no siempre es suficiente, la Hermandad realiza dos actividades18durante el año para recaudar fondos: las llamadas “polladas”19. En estas reuniones o juntas a las que se invita a los vecinos de Quilicura y a personas de otras comunas que tengan afinidad con la hermandad, se prepara pollo frito con papas cocidas, ensalada y salsa de rocoto o huacatay, platos que son vendidos junto a bebidas y cervezas. Si por alguna razón alguien no pudiera asistir personalmente a la pollada, pero sí desea colaborar, los hermanos realizan despacho a domicilio, previa indicación del número de platos requeridos: “Nosotros no podemos darnos el lujo de decir no. Si alguien quiere que lo llevemos, lo hacemos. Si es por la zona, vamos en bicicleta, le decimos a un hermano. Se reparten. Nosotros tenemos que llevarlo porque es ingreso para nosotros”, señala Luis. Sin embargo, cabe mencionar que el atractivo de las polladas no se reduce únicamente a la posibilidad de degustar un menú tan característico del Perú, puesto que en ellas, además, los participantes pueden escuchar canciones típicas de la sierra, o bien bailar música chicha (popular) interpretada por algunas de las bandas de moda (Grupo 5, Néctar, Aguamarina)

Los fondos recaudados en estas actividades se destinan principalmente a la contratación de la banda que acompaña a la procesión (compuesta por músicos peruanos, que acompañan también las procesiones de Santiago y Quilicura) y a la compra de comida para realizar un almuerzo de camaradería al finalizar la misma. Para elegir el menú, los hermanos se reúnen en una asamblea previa a la procesión y presentan una terna de platos a partir de la cual deciden cuál es el más adecuado. Dicha definición responde básicamente a los montos de dinero reunidos durante el año. En palabras de Guadalupe:

Debe ser algo con lo que nosotros contemos. Si contamos con 150 mil pesos para la comida, 150 mil pesos es lo que se puede gastar. Menos sí, pero más no, porque es con lo que contamos. Soy de la política de que mientras menos plata haya, menos corrupción, menos enemistades, menos cosas. La plata es necesaria. Sobrarán 20 mil, 30, 50 mil. Y ahí se acaba. Y comenzamos nuevamente a proyectar para el siguiente año.

En este sentido, cabe mencionar que la Hermandad de Quilicura se caracteriza por un profundo conocimiento y comprensión del entorno socio-económico en que está inserta. Por tratarse de una comuna con un porcentaje importante de migrantes, Luis y Guadalupe son sumamente conscientes de las dificultades y carencias que pueden experimentar fuera de su país de origen, ya sea por escasez de recursos económicos, falta de redes de contacto, o bien, falta de tiempo debido a las obligaciones laborales. Bien lo ejemplifica Guadalupe, al referirse al caso de un hermano que les prometió contribuir con lienzos morados y blancos:

Él tuvo un accidente y le dijimos “el Señor no te va a pedir más de lo que tienes. Si tuviste un accidente, no le va a pasar nada. Más preocúpate de ti, de salir bien del accidente, y el próximo año quizás puedas cumplir con el Señor”. La fe no es jugar con la fe de las personas, tú debes ponerte en el lugar del otro.

En lo que respecta a la procesión realizada el año 2013, Luis y Guadalupe señalan que recibieron un gran apoyo por parte del Alcalde de Quilicura. En dicha oportunidad Carrasco colaboró con 2 pendones grandes de 3 metros cada uno, y con 40 cancioneros que les fueron de gran utilidad, puesto que en años anteriores ellos mismos habían tenido que confeccionarlos, destinando cerca de 6 meses a esta tarea. Junto con esto, el alcalde les facilitó 2 camionetas y 4 motos de Seguridad Ciudadana y 1 retén de Carabineros, para resguardar el orden y la seguridad durante el recorrido.

Conforme a esto, la procesión se realizó el domingo 20 de octubre y en ella participaron cerca de 100 personas, entre las cuales se encontraban el alcalde de Quilicura y su esposa, algunos hermanos de la Hermandad de Santiago y el Cónsul General del Perú en Santiago, Alejandro Riveros, quien incluso cargó el anda. Entre los ausentes, se encontraban el padre Beto y el mayordomo de Santiago, Ricardo Rocha, quienes se excusaron de participar por motivos personales20. Pese a esta y otras negativas que han recibido por parte del directorio de la Hermandad de Santiago, Luis señala que siempre los invitan a participar de las actividades en la comuna, ya sea de alguna pollada o de la procesión. “Y es así como se van uniendo los lazos entre hermandades. Pero sí, al nivel jerárquico, sí vamos a respetar las decisiones que tome la hermandad de Santiago y ellos también van a respetar nuestras decisiones, porque somos hermandades distintas”.

El recorrido duró 4 horas y los hermanos se detuvieron en 6 estaciones, porque si bien en el trazado original solo estaban contempladas 4, hubo dos vecinos, entre ellos un chileno, que montaron un pequeño altar a la entrada de sus casas. Frente a la pregunta de por qué creen que el culto al Señor de los Milagros ha despertado la curiosidad de los chilenos, Luis responde enfáticamente:

Porque nosotros demostramos, vivimos y respiramos nuestra fe, lo que acá no lo hacen. Y eso es de lo que a veces muchos chilenos se sorprenden. De que cómo nosotros, viniendo de un país lejano, expresamos nuestra fe. Nos vestimos para ponernos el hábito, nos vestimos, nos ponemos nuestro ambo, nuestro terno. Salir con un músico, demostrar nuestra fe, es algo que ellos no hacen.

Consideraciones finales

Los migrantes peruanos no solo han contribuido a nuestro país como fuerza laboral, sino también como actores del cambio cultural. Bien lo podemos observar en el caso del culto y procesión en honor al Señor de los Milagros, que surge en la Lima colonial, pero que se relocaliza en Santiago de Chile en torno a la Parroquia Italiana de Providencia, durante la década del noventa, y luego se extiende a otras comunas y regiones del país.

Si bien erróneamente podríamos pensar que las comunidades migrantes solo atraviesan por problemas personales en los planos económico, laboral o legal (obtención de permanencias temporales o definitivas, inscripción en consultorios o escuelas públicas, entre otros), lo cierto es que también experimentan una serie de dificultades en el plano simbólico-imaginario, al intentar reproducir y difundir dentro de la sociedad receptora elementos propios de su identidad cultural nacional.

En lo que respecta a la hermandad de Quilicura, las historias de vida de Luis y Guadalupe nos permiten entrever que el proceso migratorio actúa en muchos casos como un factor creativo, puesto que propicia una identificación con ciertas creencias, tradiciones y prácticas características del país de origen, y un sentido de pertenencia respecto al mismo que quizás nunca experimentaron antes de migrar. Y es que aun cuando ambos reconocieron haber crecido, viendo y oyendo acerca de la multitudinaria procesión en Lima, no fue sino hasta su llegada a Chile, concretamente a la comuna de Quilicura, que adoptaron un rol activo y protagónico en la difusión del culto al Señor de los Milagros, gracias al apoyo fundamental del Padre Edgar Meneses.

Asimismo, y aun cuando pudiera parecer contradictorio, identificamos como un hecho decisivo en la difusión del culto en Quilicura, la desconfianza y reticencia mostradas por el Padre Beto y el mayordomo de la Hermandad de Santiago, Ricardo Rocha, puesto que esta suerte de rechazo los obligó a entrar en relación con otros actores e instituciones, en el ámbito civil y eclesiástico, tanto en Chile como en Perú. Tal es el caso del Mayordomo General de las Nazarenas de Lima, don José Santos, quien no solo les brindó apoyo y asesoría para fundar una hermandad, sino que también los contactó con una red de artesanos limeños, encargados de confeccionar los hábitos morados, restaurar las imágenes del Cristo de Pachacamilla, elaborar los objetos de plata, entre otras tareas.

De este modo, la hermandad de Quilicura logró establecer un nexo decisivo con la comunidad de origen, lo que posibilitó y facilitó la realización de una procesión en honor al Señor de los Milagros a pequeña escala, fuera del territorio nacional. En lo que respecta al caso del Alcalde de Quilicura, éste no solo los apoya económicamente, sino también presencialmente, ya que participa junto a su esposa en la procesión, hecho que les ha permitido estrechar lazos con otros funcionarios municipales y adquirir mayor visibilidad entre la comunidad local.

No obstante, las migraciones no solo posibilitan la transnacionalización de creencias y prácticas religiosas, sino también la recreación de ciertas estrategias de solidaridad, como las polladas, que les permiten a los migrantes enfrentar momentos de dificultad económica, o bien integrarse a una red de apoyo y contención. Las polladas peruanas se presentan como una suerte de símil de las “completadas” chilenas; no obstante, el hecho de que los migrantes opten por cocinar pollos fritos y no completos, nos lleva a pensar que su intención es difundir prácticas características del país de origen, para ir generando un sentido de pertenencia y de reconocimiento identitario con el Perú.

Por otra parte, si bien somos conscientes de que la procesión que se realiza en Quilicura no ha alcanzado aún la magnitud ni la visibilidad que tiene la procesión de Santiago, el hecho de que el culto al Señor de los Milagros esté tan incorporado al imaginario de la comuna y reciba tanto apoyo por parte de la Parroquia Juan Pablo II y de la Municipalidad, demuestra que las prácticas religioso-culturales introducidas por los migrantes peruanos no solo son consideradas importantes en cuanto mecanismo de integración a la sociedad receptora, sino también como un elemento que enriquece enormemente la convivencia entre los chilenos y las comunidades migrantes, así como también las prácticas devocionales y la religiosidad popular chilena.

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  1. Licenciada en Historia (Pontificia Universidad Católica de Chile). Magíster (c) en Antropología, por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Investigadora, asesora y docente, Universidad Tecnológica Metropolitana del Estado de Chile. Sip, Red de Colegios. Diplomada en Docencia Universitaria. Diplomada Especialización en Enseñanza de las Ciencias Sociales.
  2. Odgers, O. “Migración e (in) tolerancia religiosa: Aportes al estudio del impacto de la migración internacional en la percepción de la diversidad religiosa”, en Estudios Fronterizos, julio-diciembre, 6, (12), 2005, pp. 39-53, Universidad Autónoma de Baja California, Mexicali, México
  3. Por globalización, y tomando la definición dada por Néstor García Canclini, 2011 entendemos un fenómeno que surge en la segunda mitad del siglo XIX, cuando convergen fenómenos económicos, financieros, comunicacionales y migratorios que acentúan y generan conexiones y relaciones más allá de los estados territoriales.
  4. Véase: Banchero Castellano, R. La verdadera historia del Señor de los Milagros. Lima: Inti Sol Ediciones, 1976.
  5. http://www.hsmn-nazarenas.com/lascuadrillas.html
  6. Con el fin de obtener estadísticas migratorias, nos basamos en la “Estimación de Comunidades Residentes en Chile para el año 2009”, realizada por el Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior, puesto que los resultados obtenidos en el Censo del año 2012 fueron duramente criticados y calificados como inválidos, por lo que deberá repetirse el año 2015. http://www.extranjeria.gov.cl/estadisticas_mig.html
  7. Dicha información fue obtenida en una entrevista realizada al señor Riveros, el día lunes 21 de octubre del año 2013, en las dependencias del Consulado del Perú en Santiago.
  8. El Mercurio. Santiago, 11 de octubre de 2008. Entrevista a Manuel Huambachano, Mayordomo de la Hermandad.
  9. El Mercurio, Santiago, 25 de octubre de 2009.
  10. http://es.arautos.org/view/show/10219-procesion-del-se-or-de-los-milagros-convoca-a-mas-de-13-mil-personas-en-la-arquidiocesis-de-santiago(Revisado el 05.08.2014, a las 20.10 hrs)
  11. Dicha información fue obtenida en una entrevista realizada al Mayordomo General de la Hermandad de Santiago, Ricardo Rocha, el día lunes 9 de diciembre de 2013, a las 18 hrs., en las dependencias su oficina.
  12. Paola GARCÍA, “El carácter transnacional de las creencias y prácticas religiosas de los inmigrantes latinoamericanos en España”, disponible en: http://docsgedime.files.wordpress.com/2008/02/tc-paola-garcia.pdf
  13. http://chileajeno.cl/wp-content/uploads/2013/09/PRESENTACION.QUILICURA.nO.pdf
  14. Ibídem
  15. Se realizaron dos entrevistas, los días domingo 3 de noviembre de 2013 y sábado 3 de mayo de 2014, al mediodía.
  16. La Parroquia Juan Pablo II se encuentra localizada en la calle Rigoberto Jara 0380, comuna de Quilicura. Está conformada por una comunidad de 40.000 feligreses.
  17. Esta respuesta contrastaba con la que habían recibido anteriormente por parte del Padre Beto, al solicitar su asesoría para llevar a cabo la procesión en Quilicura. Al preguntarles a qué atribuían esto, Guadalupe respondió que a una suerte de error del padre, porque creía que los fieles se le iban a ir: “Como ellos fueron los primeros, querían ser pioneros, solamente ser ellos. Yo le dije Padre ‘disculpe, pero si usted fuera peruano entendería la fe del Señor de los Milagros. Es muy distinto estar 2 meses, 1 año en el Perú, e ir a la procesión a las Nazarenas, pero no ha ido usted a comunas o a regiones. En Perú, en cada comuna y distrito se celebra al Señor de los Milagros’”.
  18. Una de ellas se realiza en la comuna de Santiago, en la casa de una señora que pertenece a la Hermandad de Santiago; la otra, en la casa de una hermana de Quilicura.
  19. Como bien señala Héctor Béjar Rivera, en su artículo “Las polladas: una estrategia de supervivencia en época de crisis económica y política. Lima, 1980-2003”, las polladas son reuniones que realizan los migrantes en los barrios pobres de Lima, y que contribuyen a la sobrevivencia de las familias de en un contexto de crisis económica, desempleo y subempleo. Asimismo, el autor vincula esta costumbre con las tradiciones de intercambio, reciprocidad y solidaridad de los pueblos andinos, de donde proceden los migrantes. Actualmente, es posible observar esta costumbre en familias de clase media y alta, quienes, para darle un toque de glamour, las denominan “chicken party”. http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/publicaciones/inv_sociales/N24_2010/pdf/a15.pdf 

  20. Respecto a esto, nos atrevemos a sugerir que uno de los principales motivos que explican el resquemor de la Hermandad de Santiago a que la hermandad de Quilicura se constituya jurídicamente como tal, se encuentra en la adopción de ciertos hábitos o costumbres que ponen en entredicho el carácter tradicional de la institución. Las cuadrillas de la Hermandad de Santiago están conformadas exclusivamente por hombres, quienes deben vestir de morado durante la procesión, puesto que son los encargados de cargar el anda. En el caso de las mujeres, éstas solo pueden participar como sahumadoras o cantoras y bajo ninguna circunstancia, podrán llevar sobre sus hombros la imagen del Señor.  Por el contrario, en la Hermandad de Quilicura existe una cuadrilla conformada por 12 mujeres y toda persona que participe de la procesión –aun cuando no tenga hábito morado, pero siempre y cuando esté vestido ordenadamente- puede cargar el anda.